viernes, 14 de mayo de 2010

Ha sido un honor, capitán

…Haber compartido contigo, durante estos años, tantas cosas. Algunas, tan personales que me hacían sentir mucho más amigo tuyo de lo que siempre me he sentido. Y en estos años, únicamente puedo decir gracias y gracias de verdad porque han sido los mejores de mi etapa deportiva. Si ya es un honor compartir espacio dentro del Equipo Nacional, mayor honor es haberte tenido de Capitán y de compañero. Ese ha sido el mejor regalo.

Nos has enseñado a valorar las derrotas; contigo hemos aprendido a ser generosos, humildes y respetuosos con los rivales – a pesar de más de una jugarreta que nos han hecho- y, sobre todo, has sabido ser el líder que siempre hemos necesitado.
Has sido el compañero fiel para los momentos difíciles y el amigo, cuando las cosas se han torcido de tal manera que hacía falta ese toque de humanidad que, solamente, tú eras capaz de aportar.

Has sido el deportista ideal al que todos querríamos imitar, al que todos nos gustaría parecernos. Si hubieses sido futbolista, seguro que hubieses jugado en tu Barca y ahora serías el más aclamado en todos los medios de comunicación y se venderían tus camisetas como rosquillas… Afortunadamente para los que te queremos, elegiste el balonmano y nadie ha sido capaz de robar tu intimidad y nos has regalado esos momentos que, con seguridad, habrías tenido que dedicar a hacer anuncios publicitarios, entre otras obligaciones que lleva consigo esa fama.

Sin duda, eres más que conocido. Pero, especialmente por tu deportividad, saber estar y por tu categoría personal. Simplemente hay que ver el respeto y admiración que los deportistas de otros deportes te profesan en cada Olimpiada. Eres un ejemplo. Imagínate el ídolo que llegas a ser para cualquier otra persona, entre las que me incluyo.

Ha llegado el día. Decidiste que fuese ésta la última temporada y ha llegado el momento del adiós. A partir de ahora estarás en otras parcelas deportivas en las que eres imprescindible y podrás dedicarte a tu otra debilidad, la familia.
Todavía recuerdo cuando, al otro lado del teléfono, tu hijo te decía que te echaba de menos y tú, a miles de kilómetros, tratabas de decirle que pronto lo verías y él quería verte en ese mismo momento. Sus sollozos hicieron mostrar tu parte más sensible y logró derrumbarte.

Detrás de alguien grande, único e irrepetible como tu existen toneladas de humanidad. Esa es la grandeza de los mitos. Estoy absolutamente convencido de que vas a pasar a la historia del Balonmano como el mejor portero que ha existido y mejor persona.

Ya hace un tiempo que te echo de menos, David. Por muchas razones, demasiadas, el sábado en Zaragoza será un día triste pero hermoso. Que contradicción. Espero que mis paisanos, los aragoneses, sepan decir adiós a uno de los más grandes. Al Capi que todos hubiésemos querido tener en el equipo.
Ha sido un Honor, Barru. Gracias por todo.