miércoles, 10 de febrero de 2010

Se despide un mito

David Barrufet, anunció el lunes su despedida a final de temporada. Prefiere marcharse en plenitud de facultades y dedicarle más tiempo a su familia. Nadie puede dudar que es uno de los mejores porteros del mundo. El historial que tiene, ganado a pulso tanto en el F.C. Barcelona como en el Equipo Nacional, será muy difícil de igualar. Lo ha ganado todo. Solo le falta el Oro Olímpico pero tampoco importa porque conoce el dulce sabor de tres bronces. Casi nada.

Cuando se retira un jugador de estas características algo se resquebraja porque en los terrenos de juego faltará algo importante. Pero cuando además el que se retira es un portero de la talla de Barrufet, eso es irreemplazable. Perramón, Pagoaga, Lorenzo Rico..., todos ellos son mitos de este deporte. Todos hemos oído alguna vez hablar de ellos. Barrufet entrará a formar parte de esa mitología allá por el mes de junio.

He tenido el inmenso honor de conocerle desde 1987. En aquél entonces ya tuvo que “sufrir” mis arbitrajes en aquella maravilla que consiguió dar a a conocer el balonmano como nunca y que se llamaba Objetivo 92. Era el portero de Cataluña y asombraba en todos los aspectos. Posteriormente, coincidimos en otros muchos partidos ya en la Liga Asobal. Siempre respetó a los árbitros como nadie.

Años después, el destino nos llevó a compartir momentos inolvidables dentro del equipo Nacional. Tengo multitud de anécdotas que he vivido junto a él de las que nunca se olvidan. David es diferente. Aparte de ser el capitán con el que todo club sueña, es el compañero que está ahí donde se le necesita en cualquier momento. El veterano que ayuda a los más jóvenes y el deportista que lucha y trabaja por mejorar su deporte. Como todo ser humano, seguro que también habrá cometido algún que otro error. Pero los errores no pertenecen al material con el que están hechos los “Grandes” y él lo es.

El mítico Barrufet encierra muchas más cosas buenas. Pertenece a ese grupo de personas en las que, seguro, pensó Bertolt Brecht cuando escribió ese inolvidable poema a la Buena Gente.

Zaragoza será la ciudad que lo despedirá, para siempre, como portero en activo en Liga Asobal. El fin de semana del 14 de mayo jugará en nuestra ciudad el partido más importante de su vida. En 60 cortos minutos se terminará la carrera triunfal de un gran tipo. Y allí deberíamos de estar todos para agradecerle todo lo bueno que ha dado a este deporte. Después, vendrán los despachos, el traje y la corbata, el protocolo... Lo echaremos de menos, sin duda. Yo, personalmente, le echo mucho de menos desde el 24 de agosto de 2008.

Gracias por todo, Capi. Gracias, amigo.