Realmente me apetecía emplear otro verbo pero aragondeportivo.es es una página web lo suficientemente seria como para que, quienes la leen, no tengan una mala impresión de quien cada semana escribe “desde el otro lado “. Pero, ciertamente hay que asustar a los alemanes y, por lo menos, “tratarles” como se merecen.
Alguno de los que el domingo a las 19 horas cogerá el balón en sus manos, hace poco más de tres años, enganchó de las partes bajas a más de un jugador español que defendía su título mundial, con el consiguiente beneplácito de los árbitros. Ganaron como ganaron y el mánager de la selección alemana entró al vestuario tratando de explicar lo sucedido. Es decir, justificar cómo habían ganado el partido. Aquello era injustificable.
Varios jugadores españoles, en aquél momento bastante calentitos como se podrá entender, no sacaron a tortazos- me apetecía emplear otra palabra- al tal elemento porque son, al fin y al cabo, deportistas como la copa de un pino. Pero ganas no les faltaron. Salió del vestuario desencajado y casi con la cara partida. Eso sí, ganaron el mundial ¡Que les aproveche! Desde entonces, los alemanes deambulan por los campeonatos y olimpiadas con más pena que gloria y me da la sensación que les queda años en ese destierro.
Y alguno de esos alemanes y otros muy parecidos, se presentan en Zaragoza, en nuestra casa, para defender siete goles que, dicho así, parecen muchos. Y lo son, claro que lo son. Pero ya está bien de claudicar e hincar las rodillas ante los germanos. De una vez por todas debemos hacerles frente y en nuestra casa demostrarles que merecemos estar ahí, en la siguiente ronda. Además, tres alemanes en semifinales son demasiados alemanes y los árbitros franceses esperemos que de eso también se den cuenta.
El club ha hecho lo que tenía que hacer. Ha puesto el partido el domingo a las 19 horas y todo el mundo estará de vuelta de las mini vacaciones. Además, qué mejor regreso que aparcar el coche y, tal y como se llega, entrar a empujar al equipo. Qué más da la pinta que llevemos. Lo importante es que nadie puede faltar. Es absolutamente innegociable la ausencia de todos aquellos que amamos este deporte y, sobre todo, aquellos que lo desconocen pero que les apetece ver, en directo, a catorce prestigiosos jugadores alemanes marcharse humillados por los aragoneses.
Además, cinco euros no es nada para aquél que no sea invitado por un socio. Y es que es imprescindible abarrotar el Príncipe Felipe y, como nunca, arropar al equipo desde el mismo comienzo del partido. Siete goles son superables. Ya lo han hecho esta temporada y era alguno más.
Si, ya sé que estos no son los eslovenos, pero los alemanes ya demostraron ser más cobardes cuando se les planta cara. Eso sí, no hay que arrugarse. Hay que defender fuerte, duro, sacrificarse en cada acción, como lo hacen ellos.
La del domingo es la penúltima gran final de esta temporada y hay que ganarla como sea. El rival así lo ha venido haciendo sin escatimar recursos. Ahora le toca el turno a los españoles, a los zaragozanos, al CAI BM. ARAGÓN… y en esa gesta estamos todos inscritos. Es una exigencia, es algo más que un partido.